La Calidad educativa tiene cuatro C: Contexto, Condiciones, competencias, y compromisos. Valeria Méndez de Vigo, española nos ofrece su comentario.
Hoy termina el Congreso de Fe y Alegría, Una mirada a la calidad desde la perspectiva de la pedagogía, que se prolongó a lo largo de los tres días en Bogotá. Cerca de 500 personas (docentes, personal de Fe y Alegría, representantes gubernamentales y de otras organizaciones) venidas de distintas partes del mundo llenaban hoy el inmenso auditorio del Colegio San Luis Gonzaga, todas ellas unidas por el compromiso del derecho a una educación de calidad para las personas más desfavorecidas. En la mesa inaugural, moderada por Irene Rodríguez y Enrique Oizumi, de Fe y Alegría, estaban el provincial de la Compañía de Jesús, Francisco Roux, SJ; el coordinador de la Federación internacional, Ignacio Suñiol, el director de Fe y Alegría Colombia, Victor Murillo, el director de la Oficina técnica de cooperación, Miguel González, y el Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos, Álvaro Marchesi. Me pareció muy sugerente la conferencia de Álvaro Marchesi, quien habló de la situación actual de la educación, y de las cuatro “C”- Contexto, Condiciones, Competencias y Compromiso- como estrategias fundamentales para mejorar la calidad de la educación. Destacó los avances que se habían producido en los últimos años en la educación, la importancia de la educación para afrontar futuras crisis y de los enormes cambios y dificultades que habrá de afrontar la educación en los próximos años, época de cambios de todo tipo complejos y acelerados. En su opinión, las estrategias fundamentales para impulsar proyectos de cambio social, pasan por trabajar y cambiar el contexto social y cultural de alumnado y familias; por tener condiciones adecuadas -escuelas dignas en cuanto a infraestructura, pero también adecuación del proyecto y curriculo a los objetivos educativos, el liderazgo compartido de directivos que asuman el riesgo de innovar y el establecimiento de redes entre escuelas y otras instituciones. Destacó también la necesidad de competencias de los docentes, de manera que sean capaces de hacer frente a los objetivos de la educación: aprender a conocer, a hacer, a convivir y a ser, y finalmente, señaló la importancia del compromiso colectivo del conjunto de la sociedad con la educación, dado que ésta es la garantía del desarrollo y también del bienestar de las futuras generaciones.
Valeria Méndez de Vigo, 9/2/2010
Hoy termina el Congreso de Fe y Alegría, Una mirada a la calidad desde la perspectiva de la pedagogía, que se prolongó a lo largo de los tres días en Bogotá. Cerca de 500 personas (docentes, personal de Fe y Alegría, representantes gubernamentales y de otras organizaciones) venidas de distintas partes del mundo llenaban hoy el inmenso auditorio del Colegio San Luis Gonzaga, todas ellas unidas por el compromiso del derecho a una educación de calidad para las personas más desfavorecidas. En la mesa inaugural, moderada por Irene Rodríguez y Enrique Oizumi, de Fe y Alegría, estaban el provincial de la Compañía de Jesús, Francisco Roux, SJ; el coordinador de la Federación internacional, Ignacio Suñiol, el director de Fe y Alegría Colombia, Victor Murillo, el director de la Oficina técnica de cooperación, Miguel González, y el Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos, Álvaro Marchesi. Me pareció muy sugerente la conferencia de Álvaro Marchesi, quien habló de la situación actual de la educación, y de las cuatro “C”- Contexto, Condiciones, Competencias y Compromiso- como estrategias fundamentales para mejorar la calidad de la educación. Destacó los avances que se habían producido en los últimos años en la educación, la importancia de la educación para afrontar futuras crisis y de los enormes cambios y dificultades que habrá de afrontar la educación en los próximos años, época de cambios de todo tipo complejos y acelerados. En su opinión, las estrategias fundamentales para impulsar proyectos de cambio social, pasan por trabajar y cambiar el contexto social y cultural de alumnado y familias; por tener condiciones adecuadas -escuelas dignas en cuanto a infraestructura, pero también adecuación del proyecto y curriculo a los objetivos educativos, el liderazgo compartido de directivos que asuman el riesgo de innovar y el establecimiento de redes entre escuelas y otras instituciones. Destacó también la necesidad de competencias de los docentes, de manera que sean capaces de hacer frente a los objetivos de la educación: aprender a conocer, a hacer, a convivir y a ser, y finalmente, señaló la importancia del compromiso colectivo del conjunto de la sociedad con la educación, dado que ésta es la garantía del desarrollo y también del bienestar de las futuras generaciones.
Valeria Méndez de Vigo, 9/2/2010
