10/2/11

El sistema de Calidad de Fe y Alegría tiene doliente


Silvio Gutiérrez Baca

Fe y Alegría Nicaragua

En el segundo día del Congreso Internacional “Una mirada a la Calidad desde la perspectiva de la pedagogía” que se realiza en Bogotá, organizado por el Movimiento Fe y Alegría, se han planteado algunos elementos que me parecen importante compartir para la reflexión.

Sistemas de Gestión de Calidad

En las últimas décadas se han elaborado muchos Sistemas para conocer, controlar, y evaluar la calidad, que han tenido su razón en la necesidad de medir la eficiencia de la producción y los servicios, pero no todos han sido diseñados ni están orientados a evaluar la calidad de la educación como un derecho y un servicio que debe evaluarse con la participación de todos y todas las personas que participan en el acto educativo. Tampoco todos los sistemas de gestión de calidad, representan sistemas para gestionar la mejora de lo que conocen y evalúan, ni están diseñados para que sean los mismos protagonistas quienes dirijan el proceso de evaluación y mejora con apoyo externo.

El gran reto de las instituciones que deciden utilizar “x” o “y” sistema de gestión de calidad, es que mantengan, mejoren y sostengan en el tiempo.

Sistema de Mejora de la calidad de Fe y Alegría. Convencen no imponer.

En el origen del Sistema de Mejora de Calidad de Fe y Alegría, está presente la identidad de Fe y Alegría como Movimiento de Educación Popular Integral y de Promoción Social, de ahí que el sistema de calidad tenga su base en el análisis de contexto, la lectura de la realidad –como planteaba Freire-, la reflexión del quehacer educativo, la necesidad de teorizar y en el compromiso de volver a la práctica para brindar una educación de calidad cada día mejor. Esta lógica representa la oportunidad de analizar la nueva práctica, reflexionarla y evaluarla, en búsqueda de la innovación para prestar el mejor servicio a los que tienen menos oportunidades: niñas, niños, jóvenes hombres y mujeres pobres y excluidas, que son su opción preferencial.

En Fe y Alegría hay convencimiento de la necesidad de contar con un sistema de mejora de la calidad que constantemente sea una oportunidad para hacer el bien y hacerlo bien. Existe un compromiso permanente para que la educación cumpla con sus objetivos, para que niñas y niños aprendan a aprender, para que maestras y maestros aprendan de su práctica para mejorarla, y que los centros educativos aprendan a cumplir con su función educativa y social en los entornos donde están insertos.

El sistema debe servirnos para avanzar, no de forma lineal ni circular, sino en espiral, habrá tropiezos y retrocesos, pero debemos ser conscientes que se ha construido para que sirva, para la mejora, la innovación de los aprendizajes, para aprender a aprender.

Para la reflexión.

Las y los expositores de la mañana del día de hoy 10 de febrero, al analizar el Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría hicieron diversas consideraciones que es pertinente tomar en cuenta cómo interrogantes que debemos tener presente de forma permanente:

· ¿Conocemos el sistema a profundidad?, ¿hemos dedicado tiempo para aprenderlo y apropiárnoslo? De ello dependerá su mejor aplicación e interpretación.

· ¿Todos y todas las instituciones y personas vinculadas a la educación tenemos convencimiento de que un sistema de gestión de la mejora de la calidad es una ayuda importante para cumplir con los objetivos y funciones de la educación?, ¿cómo hacer para que el sistema sea un apoyo y no una carga?

· ¿Es posible incorporar el sistema en la cotidianidad del acto educativo y el quehacer de las personas que son protagonista de la educación? Es importante partir siempre de la reflexión.

· ¿Registramos y documentamos el conocimiento que la aplicación del sistema genera?, ¿cómo lo hacemos, es sistemático?

Desafíos

Ayer, Fe y Alegría abrió al debate público su sistema de mejora de la calidad. Hoy es un gran reto, primero seguir desarrollando capacidades en las personas que son protagonistas e instalar la cultura de la medición de la calidad para mejorar las prácticas educativas; en segundo lugar tener presente que el sistema debe servir para hacer más y mejor educación y educación de calidad en contextos de pobreza; y, en tercer lugar tener siempre presente que la calidad va unida a la equidad, por las oportunidades que deben tener quienes menos condiciones y posibilidades tienen, también por reconocer e incorporar las necesidades de hombres y mujeres, trabajar por la corresponsabilidad de género y construir desde la educación nuevas formas de relación entre los seres humanos.