19/10/09

Llueven las preguntas


Héctor Flores escribe :Seguimos haciendo camino
Luego de tres días haciéndonos preguntas y buscándonos respuestas, el lunes nos pasamos al segundo paso de todo este encuentro. Nos venimos por la ciudad para donde nos íbamos a encontrar con otros que están dispuestos a aportar para que las cosas que nos soñamos sean más posibles. El foro “expandiendo las oportunidades educativas de calidad en América Latina” en donde nos encontraríamos para contarnos esos planes.
En el camino nos hemos dado cuenta que Lima, como muchas de las ciudades de nuestra región latinoamericana, son dos ciudades en una. Una, la que está junto al mar, limpia emplazante, imponente y soberbia; con calles anchas y pavimentadas, centros comerciales modernos haciendo contraste con el antiguo de las edificaciones históricas que nos recuerdan los primeros pasos de esta carrera, a veces alocada que venimos dando al modernismo globalizado. La otra, prolongación de la miseria y el dolor de los desplazados por la injusticia. Se nota en las estructuras de sus casas, pensadas para las casi eternas temporadas sin lluvias, con sus colores ensombrecidos y sus callejones angostos y gastados por donde hacemos caminos los que vamos haciendo turismo solidario con las realidades indignas de los pobres.
Pero hoy, esta ciudad, alberga mucho más que la división de su infraestructura social y poblacional. Alberga los sueños de las Fe y Alegrías de nuestra región latinoamericana, del Banco Mundial y su proyecto global por la educación y el de los estados, con los que nos retamos a trabajar el tema de la calidad de la educación sin exclusión y con el carácter de volverse transformadora de su propio desarrollo.
Hoy estamos hablando de la educación de calidad para y con todos y eso nos lo han dejado claro todos los ponentes que ya tuvimos, los que nos dieron las bienvenidas y aquellos con los que hemos hablado en el descanso. Estamos hablando de un proyecto que no se construye en unos días sino en años y cuya propuesta traspasa, incluso, las formidables paredes del edificio que nos cubre.
Esta es nuestra apuesta, la apuesta por Margarita, Paco y Rosa aquellos niños que se encuentran en uno de los centros educativos instalados en las barriadas de nuestro pueblo, y por cuyo futuro nos estamos jugando este momento. Porque al final la incidencia y el accionar público que nos estamos jugando suma con totalidad en la inevitable realidad de exclusión en la que ellos buscan un poco de sobrevivencia.

Héctor Flores
Fe y Alegría Honduras