Víctor Murillo de Fe y Alegría Colombia le preocupo que en el mundo existan 700 millones de estudiantes que van a la escuela y no aprenden nada. Esto lo comentó al referirse a la conferencia de Alcyone Vasconcelos de la Organización Fast Trak Initiative. Iniciativa vía rápida.
Murillo comentó Vasconcelos se refirió al tema del rol de Fe y Alegría. Reconoció a Fe y Alegría como actor competente. Competente técnicamente, con un número más que significativo de beneficiarios y con capacidad de expansión; competente en la cooperación con los gobiernos, con reputación y reconocimientos construidos durante 54 años. Reconoce a Fe y Alegría con disponibilidad para compartir conocimientos y para la cooperación con ONG. Con acceso a las aulas de clase y con capacidad para acceder y dialogar con el poder.
Invita a Fe y Alegría para que se afilie en grupos focales de FTI y ver la posibilidad de participar en su comité ejecutivo y con liderazgo en la organización de una red entre ONGs y FTI. Lo reconoce con capacidad para abogar por mejorar la calidad en países vulnerables.
Destaca que además de mantener el enfoque en acceso, matrículas, retención para disminuir la población que se encuentra por fuera del sistema escolar, es necesario preocuparse por los 700 millones de estudiantes que asistente a la escuela, pero no aprenden. Su apuesta es por ampliar el enfoque y mejorar los aprendizajes. Para ello convoca a padres, profesionales de la educación y cooperantes. Afirme que es necesario mejorar la inversión y el disfrute del derecho. Considera necesario que los estudiantes aprendan a escribir, leer y matemáticas.
Valeria de Vigo Entrecultura dijo: " la charla inaugural de Fe y Alegría, de Jorge Cela, SJ Tras las palabras de bienvenida, la sesión inaugural corrió a cargo de Jorge Cela, SJ, coordinador general de la Federación internacional Fe y Alegría, quien trazo una panorámica de la evolución de Fe y Alegría en sus 54 años de trabajo al servicio de la educación pública en el continente latinoamericano. La evolución de la educación en el continente ha experimentado grandes transformaciones: desde el año 1955 en que comienza Fe y Alegría hasta 1970, en que solo cuatro países de la región tienen una cobertura en educación primaria del 90%. Hoy ocurre al contrario: son sólo tres países los que no gozan de cobertura, aunque hay otros desafíos, como el 30% de personas adultas analfabetas, o el reto del continuo educativo. También el fundamental desafío de la calidad: la democratización de la educación ha sido en gran parte a costa de la calidad de la misma, tal y como lo demuestran los informes PiSA, según los cuales, cinco países latinoamericanos quedan entre los peor parados.
Y la calidad de la educación es particularmente relevante para las personas y colectivos pobres y desfavorecidos. Ya el Padre Vélaz, fundador de Fe y Alegría, insistía en la calidad, porque no quería una pobre educación para los pobres, desde la convicción de que para llegar a la justicia social era indispensable la justicia educativa.
Desde esta visión, en estos más de cincuenta años de trabajo, Fe y Alegría se ha constituido en un movimiento de educación popular- en cuanto a sus sujetos- las personas pobres y marginadas, pero también en cuanto a sus contenidos y metodologías, porque trata de crear los mecanismos de diálogo y de participación. De educación integral, porque no se limita a la transmisión de informaciones, sino que busca educar a ciudadanos y ciudadanas. De educación popular y de promoción social, porque no se trata solo de crear puestos escolares, sino de promover la transformación a una sociedad más justa desde la educación.
